miércoles, septiembre 19, 2007

EL CAMPO

Compré una parcela en el campo muy bonita. Estaba sembrada de trigo, pero yo no lo sabía.
Analicé la tierra y pregunté a mis vecinos sobre sus tierras. Con esa información decidí que mi tierra era buena para conseguir tomates. Pero era ya tarde para plantar.
No me desanimé. El antiguo dueño sabía lo que hacía, así que debía saber eso.
Aboné y regué bajo esa hipótesis. Ese año no recogí tomates. Tampoco trigo. Fue un mal año. Alquilé la tierra y me fui a la ciudad.
Al año siguiente volví al campo. Tarde para sembrar. Preparé todo para el plan B: patatas. Mala suerte. No recogí patatas. Tampoco trigo. Otro mal año. Vuelta a la ciudad.
Tercer año. De nuevo, al campo. De nuevo, tarde para sembrar. Esta vez, intenté con el trigo. Pero las semillas se habían podrido. No recogí trigo. Vendí el campo.

viernes, mayo 04, 2007

LA TOPOLOGÍA DE LOS CENTROS COMERCIALES



Este tema, el de los centros comerciales, tiene pinta de convertirse en un tema recurrente en este blog. No es extraño. Cada vez hay mas, cada vez los veo más cerca de mi vida cotidiana y para más cosas y cada vez, por lo tanto, me dan más miedo...

Topología es una palabra bonita. Es una rama de las matemáticas que estudia la continuidad y derivados. Estudia lo que pasa en las cercanías de un punto. Construye "bolas" que recubren el punto y estudia lo que pasa en ellas y en la frontera de ellas, aunque sean bolas de radio infinitamente pequeño... Apasionante, aunque tiene sus limitaciones, claro. Por ejemplo, topológicamente no hay forma de distinguir un donuts de una taza de café.
:-)

A lo que vamos, que me lío.

El caso es que los centros comerciales se colocan en mi vida como un elemento más del continuo, no como algo discreto y acotado, sino como un elemento que irradia influencias hacia muchos (puede que hacia todos) los factores de mi rutina.
Las tiendecitas de mi barrio cambian (algunas cierran, otras se transforman) porque el centro comercial más cercano cubre mis necesidades de compra. El horario comercial es el que dice el centro comercial. El cine, está allí, en el centro comercial...

Poco importa si llueve, hace sol, frío, viento. Puedo vestirme casi todo el año de la misma forma, porque la calefaccción o el aire acondicionado harán que dentro del centro comercial me olvide del exterior. De hecho, la mayoría de los centros comerciales no tienen ventanas ni nada parecido, porque la sobervia de las grandes superficies no soporta comprobar que no puede controlar el clima. Por eso, crea su propio microclima, donde sus bombillas dicen si es de día o no, sus climatizadores deciden la temperatura y sus estantes deciden lo que hay que comprar más y lo que menos...
Me temo que los centros comerciales secan el barrio para convertirse en los únicos oasis.
Tengo miedo, pero intento resistir. He perdido, de momento, la batalla de la compra mensual (la hago en el centro comercial), pero defiendo con uñas y dientes mi tiempo de ocio. Las cañas, en el barrio. El cine, en el centro de la ciudad, no en el comercial. Los paseos, en el parque, en la casa de campo, en la sierra. ¿Cuanto tiempo resistiré? No lo se. Tal vez este sea el epitafio del mohicano ...

viernes, abril 27, 2007

Prasado

Me gusta ese vocablo. No existe, es verdad, pero ¡qué más da! A mi me gusta.
Si existiera vendría a significar ese tiempo vital que se hace presente al recordar algo del pasado. Es como ya discutimos en los comentarios de la entrada sobre la muerte: cuando alguien recuerda algo, ese recuerdo se produce en el presente, aunque el hecho recordado sea del pasado.
Pues bien, voy a utilizar el papabro como una etiqueta. Porque pienso colocar en este blog cosas del pasado que quiero hacer presentes. De mi pasado o del de terceros. Reales o imaginarios., Eso da igual.
Porque cuando lo recuerde, será presente y será real.
:-)

viernes, marzo 16, 2007

El calentamiento global y el karma

Si quieres algo, algo debes dar.
Si recibes algo, algo darás.
Esa es la ley del karma. Existe en muchas culturas aunque se suele asociar con la cultura oriental.

(Por cierto, ¡vaya nombre! Decimos "cultura oriental" y metemos de un plumazo la india, china, japón, camboya, vietnam, laos, birmania, tibet, nepal, mongolia, etc... y luego pretendemos distinguir entre Cáceres y Badajoz, entre la playa y la montaña. Es sintomática nuestra facilidad para hacer grande y diverso lo conocido y cercano y pequeño y homogéneo lo que solo conocemos de oídas. Supongo que será nuestra forma de creernos más sabios, más cosmopolitas, de esconder nuestra idiotez e insignificancia).

Pero el karma, la ley de la compensación universal, no es exclusiva de oriente.

Una especie de guía local en Cuzco me explicó una vez que la cosmogonía del mundo andino distinguía tres planos: el mundo de arriba donde viven los dioses (representado por el cóndor), el mundo de aquí (la pachamama, la madre tierra, representado por el puma) donde vivimos todos nosotros y el mundo de abajo (representado por la serpiente), habitado por los espíritus y los muertos.

Y, según la ley del karma, cuando los hombres querían saber algo del futuro, algo que requería de la sabiduría de los espíritus y debían preguntárselo, tenían que dar algo a cambio. Ese es el origen de los sacrificios humanos en las culturas andinas.

Una vida pura (siempre eran niños o pre-adolescentes) a cambio de un conocimiento puro.

Hemos cambiado mucho desde entonces. Ya no están bien vistos los sacrificios humanos. ¿Seguirá vigente la ley del karma bajo otras manifestaciones?

Si quieres fresquito en verano, debemos pagar por ello. No lo olvides.

sábado, marzo 10, 2007

Epitafio

Tu vida no es mas que la sombra que provocas a la luz del tiempo en el universo.

viernes, marzo 09, 2007

sábado, febrero 24, 2007

La Muerte

¡Vaya temazo! Este es, posiblemente, el tema más humano de todos, al menos si aceptamos como buena la premisa de que el ser humano es el único ser que reflexiona sobre su propia existencia, cosa que puede ser discutible y, de hecho, hay quien lo discute.
Pero nadie discute que el tema nos es interesante. Nos da miedo, nos preocupa, nos gustaría olvidarlo pero no podemos, nos puede inlcuso gustar, pero nunca nos deja indiferente.
El tema se aborda desde multitud de puntos de vista y se sacan conclusiones de los más variopintas. Yo propongo uno, que no tiene que ser ni el mejor, ni siquiera el mío. Es solo un punto de partida que me parece interesante porque tiene mucho recorrido, muchos matices enriquecedores. Allí va...
La vida no existe. Solo existe el instante. Fin del problema.
¡Espera! No te lances a poner comentarios con demasiada rapidez. Cuando una frase sintácticamente correcta que tiene menos de cinco palabras te hace parpadear y te obliga a releerla al menos una vez, es que esconde algo. Tómate algún tiempo para formarte tu opinión. Luego, vuelve, me encantará leerte.

:-)

domingo, febrero 18, 2007

Las cajeras de los centros comerciales

Me gustaba ir a comprar. Ahora no. ¿Por qué? Pues porque ahora veo la compra como una tarea de recolección de latas y paquetes mientras que antes, iba a un mercado y hablaba con las personas que me vendían la comida. He perdido esa costumbre y la echo en falta...

Pero me desquito. Hay algo que siempre hago cuando voy a pagar en el centro comercial. Todas las cajeras (y los cajeros, aunque son muy pocos) llevan una chapita con su nombre. siempre hago todo lo posible por leer ese nombre y, siempre, encuentro una excusa para utilizarlo.
-Por favor, Brenda, ¿me darías más bolsas?
- Muchas gracias, Marta, hasta otro día
- Ana, ¿me das otro boli que este no pinta?

¡Ánimo! ¡Hazlo! La compra no te va a salir más barata, ni los tomates van a estar mas jugosos. Pero la reacción de la cajera, la sonrisa que se les suele dibujar en los ojos, la cara de sorpresa o el movimiento divertido y coqueto que algunas hacen paar taparse la chapita cuando descubren el truco, puede alegra tu labor recolectora-de-envases en gran medida.

Hazlo, y vienes y nos cuentas...

domingo, febrero 11, 2007

He vuelto

Aunque, como siempre, no se por qué. Ni para qué...
:-)