viernes, mayo 20, 2011

spanish revolutions: ¿es posible?

Es posible, claro que es posible.

Lo que no ha podido “el amor” (si es que alguna vez tuvo una oportunidad), ni la lucha de clases, ni la fuerza de las armas, puede que lo pueda conseguir la indignación… ¡quién lo iba a decir!

Yo estoy harto, indignado y cabreado. Eso, de momento.

Luego, cuando todo el mundo sepa que estoy enfadado, entonces y solo entonces, intentaré pensar qué me gustaría que pasara para dejar de estar indignado y cómo puedo colaborar para hacerlas posibles.

Quiero decir qué cosas concretas serían para mi un buen primer paso, no cosas como “un mundo mejor” o “un mundo más justo”, que, para eso, no me hace falta mucha reflexión

quiero un mundo mejor y más justo, quiero que sea posible un mundo mejor y lo quiero ¡ya!
Pero eso lo pensaré después, porque, si me pongo a pensarlo ahora, si con mi cabreo pienso qué hacer como primer paso, lo que me pide el cuerpo es tirarme al monte y mandarlo todo a la mierda. Y esa no es buena idea.

Yo no quiero abandonar el sistema, yo quiero que lo abandonen “ellos”. Este es mi sistema, esta es mi sociedad, este es mi país, esta es mi democracia. Son ellos, los partidos políticos con sus listas cerradas, los sindicatos con su mamoneo, los bancos con su asquerosa e impúdica codicia, los mercados con sus cuentas y balances, los que me joden y me sobran y me indignan.

¿Utopía? Puede. Como que el hombre vuele.

¿Imposible? Y una mierda.

¿Ilegal? Pues peor para la ley: habrá que cambiarla. Porque, quitando la de la gravedad y alguna frikada más de ese estilo, las demás leyes las podemos reformular de vez en cuando.

¿O no?

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