viernes, marzo 31, 2006

el síndrome del post en blanco...

¡Que curioso! Hoy es viernes. Todos los dias de esta semana he abierto este blog para añadir una nueva entrada. Algunos días, hasta dos veces. Y todos los días lo he cerrado de nuevo sin añadir absolutamente nada...

Podría ser que fuera porque no tengo nada que poner en él. Si fuera así, no hay problema: se cierra el blog y punto. Pero, también todos los días e incluso algunos días mas de una vez, me he descubierto en la ducha, en el coche camino del trabajo, por los pasillos e incluso en el cuarto de baño, fanteseando con el nuevo post que en cuanto pudiera iba a escribir. A veces, incluso lo redactaba en mi cabeza y lo releía... Pero en el momento de llegar aquí, la idea redactada con esmero (y con enlaces y hasta a veces con fotos y todo!) se había desvanecido en alguna parte de mi cabeza. Puede que la neurona que lo guardaba haya muerto y que su canto del cisne fue ese momento en el que creí que estaba guardando una idea cuando lo que realmente estaba haciendo era liberarla y olvidarla... pero puede que haya pasado lo de siempre, lo que dio como resultado este blog: la idea se esconde y ya saldrá...

De hecho, hoy iba a escribir algo sobre la religiosidad. Se que en el texto hablaba del Pastafarismo como idea que invitaba a la reflexión sobre la lógica religiosa. Se que citaba un aforismo de Séneca donde ridiculizaba al razonamiento lógico como de poco nivel filosófico y de poca utilidad. Pero no se cómo terminaba...

Y aquí estoy, escribiendo sobre nada que, por lo menos, es más que el resto de los días en lo que no escribí nada.

Tal vez algún día encuentre la forma de apuntar según pienso para luego trasladarlo aquí. Ese día este blog explotará de comentarios. o al menos así lo espero.

:-)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me hace a cordar a ...


Como a veces no puede dormir, en vez de contar corderitos contesta mentalmente la correspondencia atrasada, porque su mala conciencia tiene tanto insomnio como él. Las cartas de cortesía, las apasionadas, las intelectuales, una a una las va contestando a ojos cerrados y con grandes hallazgos de estilo y vistosos desarrollos que lo complacen por su espontaneidad y eficacia, lo que naturalmente multiplica el insomnio. Cuando se duerme, toda la correspondencia ha sido puesta al día.

Por la mañana, claro, está deshecho, y para peor tiene que sentarse a escribir todas las cartas pensadas por la noche, las cuales cartas le salen mucho peor, frías o torpes o idiotas, lo que hace que esa noche tampoco podrá dormir debido al exceso de fatiga, aparte de que entretanto le han llegado nuevas cartas de cortesía, apasionadas o intelectuales y que Lucas en vez de contar corderitos se pone a contestarlas con tal perfección y elegancia que Madame de Sévigné lo hubiera aborrecido minuciosamente.

Anónimo dijo...

no puedo cescribir, lo que senti al leer esta pag. entre para encontrar informacion academica y me encontre con mis palabras que alguna vez lance al viento.muy extraño y muy mio a la vez.la realidad que nos hace volatiles y la fantasia que nos hace entender que nada es permanete por que tanto la fantasia y al vida moriran.pero las palabras que lanze al viento ahora reviven un momento en mi ineterior de saber que alguien que no sea yo sienta lo mismo sin encontar explicacion.